Las hormonas utilizadas para estimular el crecimiento en animales de granja conducen a una exposición humana más allá de lo pensado

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Una investigación realizada por un científico del medio ambiente la Universidad de Indiana y sus colegas de las universidades de Iowa y Washington, considera que el daño potencial que se espera de las hormonas promotoras del crecimiento utilizados en la producción de carne, persisten en el medio ambiente en concentraciones más altas y por períodos más largos de lo que se pensaba anteriormente.

Una investigación realizada por un científico del medio ambiente la Universidad de Indiana y sus colegas de las universidades de Iowa y Washington, considera que el daño potencial que se espera de las hormonas promotoras del crecimiento utilizados en la producción de carne, persisten en el medio ambiente en concentraciones más altas y por períodos más largos de lo que se pensaba anteriormente.

"Lo que liberamos al medio ambiente es sólo el punto de partida de una serie compleja de reacciones químicas que pueden ocurrir, a veces con consecuencias no deseadas", dijo Adam Ward, autor principal del estudio y profesor asistente en la Escuela de Bloomington de Asuntos de Públicos y de Medio Ambiente. "Cuando los compuestos reaccionan de una manera que no anticipamos, cuando se convierten de una especie a otra y cuando persisten después de que pensábamos que habían desaparecido, se desafía nuestro sistema regulatorio".

Las simulaciones numéricas realizadas en este estudio pueden ayudar a predecir el impacto potencial de los procesos ambientales sobre el destino de contaminantes para comprender de manera más eficaz el potencial de estos efectos inesperados.

Este estudio pone de manifiesto las debilidades potenciales en el sistema estadounidense de regular las sustancias peligrosas, que se centra en compuestos individuales y que a menudo no tiene en cuenta las reacciones químicas complejas, y a veces sorprendentes, que se producen en el medio ambiente.

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Imagen de Becerro en la Pradera vía Shutterstock