Los simios muestran habilidades relacionadas con el habla

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Koko la gorila, es más conocida por un estudio de toda la vida en el que se le enseña una forma silenciosa de comunicación: el lenguaje de señas americano. Pero algunos de los sonidos simples que ha aprendido pueden cambiar la percepción de que los seres humanos son los únicos primates con la capacidad para el habla.

En 2010, Marcus Perlman comenzó el trabajo de investigación de la Fundación Gorila en California, donde Koko ha pasado más de 40 años viviendo con los seres humanos, que interactúan durante muchas horas cada día con Penny Patterson, psicóloga, y el biólogo Ronald Cohn.

Koko la gorila, es más conocida por un estudio de toda la vida en el que se le enseña una forma silenciosa de comunicación: el lenguaje de señas americano. Pero algunos de los sonidos simples que ha aprendido pueden cambiar la percepción de que los seres humanos son los únicos primates con la capacidad para el habla.

En 2010, Marcus Perlman comenzó el trabajo de investigación de la Fundación Gorila en California, donde Koko ha pasado más de 40 años viviendo con los seres humanos, que interactúan durante muchas horas cada día con Penny Patterson, psicóloga, y el biólogo Ronald Cohn.

"Fui con la idea de estudiar los gestos de Koko, pero conforme vi los vídeos de ella, la vi realizar todas estas conductas vocales increíbles", dice Perlman, que ahora es un investigador postdoctoral en el laboratorio de la Universidad de psicología de Wisconsin-Madison con el Profesor Gary Lupyan.

Los comportamientos vocales y de respiración que Koko había desarrollado no debían necesariamente ser posibles.

"Hace décadas, en los años 30 y 40, un par de equipos de psicólogos, marido y mujer, trataron de criar chimpancés lo más cercano posible como niños humanos y enseñarles a hablar. Sus esfuerzos fueron consideradas un fracaso total", dice Perlman. "Desde entonces, es la idea que los monos no son capaces de controlar voluntariamente sus vocalizaciones o incluso su respiración."

El pensamiento fue que las llamadas que los monos hacen, las hacen por reflejo en función de su entorno: la aparición de una serpiente peligrosa, por ejemplo.

Y se pensaba que el repertorio vocal particular de cada especie de mono es limitado. Ellos realmente no tienen la capacidad de aprender nuevos comportamientos vocales y relacionados con la respiración.

Estos límites se ajustan a una teoría sobre la evolución del lenguaje, que establece que la capacidad humana de hablar es completamente única entre las especies de primates no humanos.

"Esta idea dice que no hay nada que los simios puedan hacer algo ni siquiera remotamente similar la voz", dice Perlman. "Y por lo tanto, el habla esencialmente evolucionó, completamente nueva, a lo largo de la línea humana desde nuestro último ancestro común con los chimpancés."

Sin embargo, en un estudio publicado en internet en julio en la revista Animal Cognition, Perlman y su colaborador Nathaniel Clark, de la Universidad de California, Santa Cruz, tamizaron 71 horas de video de Koko al interactuar con Patterson y Cohn y otros, y encontraron repetidos ejemplos de Koko realizando nueve comportamientos diferentes, voluntarios, que requieren control sobre su vocalización y respiración. Estos comportamientos se aprendieron, no forman parte del repertorio típico del gorila.

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Imagen de gorila vía Shutterstock