Genoma del oso polar revela adaptación a dieta alta en grasas.

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Al vivir su vida en el Ártico, los osos polares han desarrollado adaptaciones extremas para sobrevivir en este ambiente frío de hielo marino. Una característica importante de estos osos es su gruesa capa adiposa. Al igual que otros animales árticos, esta capa adiposa ayuda a aislar a las especies de frío extremo. En consecuencia, los osos polares se han adaptado a subsistir a base de una dieta de especies marinas alta en grasa. Pero, ¿será una dieta alta en grasa saludable para el oso polar?

Al vivir su vida en el Ártico, los osos polares han desarrollado adaptaciones extremas para sobrevivir en este ambiente frío de hielo marino. Una característica importante de estos osos es su gruesa capa adiposa. Al igual que otros animales árticos, esta capa adiposa ayuda a aislar a las especies del frío extremo. En consecuencia, los osos polares se han adaptado a subsistir a base de una dieta de especies marinas alta en grasa. Pero, ¿será una dieta alta en grasa saludable para el oso polar?

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Un nuevo estudio encontró que los genes adaptados de los osos polares están relacionados con un metabolismo y función cardiovascular de ácidos grasos, y explica el por qué de la capacidad del oso polar para hacer frente a una dieta alta en grasas al mismo tiempo de estar libres de placas de grasa en las arterias y de enfermedades cardiovasculares que afectan a los seres humanos con dietas ricas en grasas. Estos genes pueden dar una idea de cómo proteger a los humanos contra los efectos nocivos de una dieta alta en grasas.

Una investigadora de la Universidad de California en Berkley, Eline Lorenzen explica: "Para los osos polares, la obesidad mórbida es un estado benigno", dijo Lorenzen, una de las autoras principales y becaria postdoctoral en UC Berkeley. "Queríamos entender cómo son capaces de hacer frente a eso".

"La promesa de la genómica comparativa es que aprendamos cómo otros organismos lidian con ciertas condiciones a las que nosotros también estamos expuestos",
dijo Rasmus Nielsen, miembro del Centro para la Genómica Teorética Evolutiva de la Universidad de Berkeley. "Por ejemplo, los osos polares se han adaptado genéticamente a una dieta alta en grasas que ahora muchas personas se imponen a sí mismos. Si aprendemos un poco sobre los genes que les permite hacer frente a eso, tal vez eso nos dará herramientas para modular la fisiología humana".

La comparación genómica revela que hace más de varios cientos de miles de años, la selección natural condujo grandes cambios en los genes relacionados con el transporte de grasa en la sangre y el metabolismo de ácidos grasos. Uno de los genes más fuertemente seleccionados es APOB, que en los mamíferos codifica la principal proteína en el colesterol LDL (lipoproteína de baja densidad), conocida ampliamente como “colesterol malo”. Los cambios o mutaciones en este gen reflejan la naturaleza crítica de la grasa en la dieta del oso polar y las necesidades del animal para hacer frente a los niveles altos de glucosa y triglicéridos, particularmente al colesterol, niveles que serían peligrosos en los seres humanos.

"La vida de un oso polar gira en torno a la grasa", dijo Lorenzen. "Los cachorros dependen de la leche que puede ser en hasta un 30 por ciento grasa y los adultos comen principalmente grasa de mamíferos marinos. Los osos polares tienen grandes depósitos de grasa bajo su piel y, debido a que viven esencialmente en un desierto polar y no tienen acceso a agua dulce durante la mayor parte del año, dependen de agua metabólica, que es un subproducto de la descomposición de la grasa".

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Imagen Polar bear image vía Shutterstock