Cambio climático: Hemos conocido al enemigo y somos nosotros mismos.

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Según Shaun Lovejoy, profesor de física de la Universidad de McGill, no tenemos a nadie a quien culpar sino a nosotros mismos por el calentamiento global en la era industrial. Lovejoy y su equipo de investigación acaban de completar un análisis de los datos de temperatura que cubren más de 500 años. Este estudio prácticamente descarta la posibilidad de que el calentamiento global es sólo una fluctuación natural del clima de la tierra. Lovejoy utilizó un nuevo enfoque en el cuestionamiento de si el calentamiento global en la era industrial fue causado por las emisiones humanas de la quema de combustibles fósiles o algún otro fenómeno natural que implica variaciones a largo plazo en la temperatura. El estudio apareció en línea el 6 de abril en la revista Climate Dynamics

Según Shaun Lovejoy, profesor de física de la Universidad de McGill, no tenemos a nadie a quien culpar sino a nosotros mismos por el calentamiento global en la era industrial. Lovejoy y su equipo de investigación acaban de completar un análisis de los datos de temperatura que cubren más de 500 años. Este estudio prácticamente descarta la posibilidad de que el calentamiento global es sólo una fluctuación natural del clima de la tierra.

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Lovejoy utilizó un nuevo enfoque en el cuestionamiento de si el calentamiento global en la era industrial fue causado por las emisiones humanas de la quema de combustibles fósiles o algún otro fenómeno natural que implica variaciones a largo plazo en la temperatura. El estudio apareció en línea el 6 de abril en la revista Climate Dynamics.

"Este estudio será un duro golpe para aquellos pocos que siguen negando el cambio climático", dice Lovejoy. "Los dos argumentos más convincentes para negar el calentamiento global es que el calentamiento es de origen natural y que los modelos informáticos están equivocados. En ambos casos o la investigación prueba directamente que son contradictorios al análisis realizado o simplemente no aplican."

El estudio de Lovejoy aplica la metodología estadística para determinar la probabilidad de que el calentamiento global desde 1880 se deba a la variabilidad natural. Su conclusión: la hipótesis del calentamiento natural puede descartarse "con grandes niveles de confianza del 99%, e incluso mayores que 99.9%."

Para evaluar la variabilidad natural antes de la interferencia humana, el nuevo estudio utiliza las "reconstrucciones multi-proxy de clima", desarrollados por científicos en los últimos años para estimar las temperaturas históricas, así como técnicas de análisis de la fluctuación de la geofísica no lineal. Las reconstrucciones climáticas tienen en cuenta una serie de indicadores que se encuentran en la naturaleza, como los anillos de árboles, núcleos de hielo y sedimentos de lagos. Y las técnicas de análisis de fluctuación permiten comprender las variaciones de temperatura en amplios rangos de escalas de tiempo.

Para la era industrial, Lovejoy utiliza para su análisis dióxido de carbono de la quema de combustibles fósiles como sustituto de todas las influencias del clima realizadas por el hombre, una simplificación justificada por la estrecha relación entre la actividad económica global y la emisión de gases de efecto invernadero y la contaminación de partículas, dice el investigador. "Esto permite que el nuevo enfoque incluya implícitamente los efectos de enfriamiento de las partículas contaminantes que todavía están mal cuantificadas en modelos de computadora", añade.

Lovejoy dice que aún sin el uso de los enormes modelos computarizados para estimar la magnitud del futuro cambio climático, sus hallazgos complementan los del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Su estudio predice con 95% de confianza que una duplicación de los niveles de dióxido de carbono en la atmósfera haría que el clima se caliente entre 2.5 y 4.2 grados Celsius. Ese rango es más preciso y aún en línea con la predicción del IPCC de que las temperaturas subirían en 1.5 a 4.5 grados centígrados si las concentraciones de CO2 aumentan.

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Imagen Global warming vía Shutterstock